La lactancia materna tiene muchos beneficios para la salud del recién nacido, pero también para la madre. Además, es un momento especial de unión entre la madre y su bebé. Es posible que tengas muchas preguntas; y no te preocupes si tu primera experiencia no es (o fué) «perfecta».
Un asesor de lactancia te aconsejará en los temas médicos, y estos consejos seguro que responderán muchas de las preguntas más comunes que te harás estos meses.
Lactancia Materna Exclusiva
Tomar la decisión de amamantar con leche materna exclusiva, es un asunto completamente personal. Aunque también recibirás seguramente opiniones personales de amigas/os y familiares.
Muchos expertos médicos, especialistas en obstetricia (matronería) y ginecólogos, recomiendan la lactancia materna exclusiva (sin fórmula, sin agua…) durante 6 meses. Y a los 6 meses de edad seguir amamantando hasta el año; deben comenzar por lo menos con otros alimentos tales como: vegetales, frutas, proteínas, granos.
Pero tú y tu bebé sois únicos, y la decisión depende de ti. Esta información sobre lactancia materna, sus beneficios e inconvenientes, puede ayudarte a tomar una decisión.

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Beneficios de la lactancia materna exclusiva
La lactancia materna tiene beneficios tanto para el bebé como para la madre.
Beneficios de la lactancia materna para tu bebé
La leche materna es beneficiosa para tu bebé, porque proporciona la nutrición ideal para los recién nacidos.
Una mezcla casi perfecta compuesta de vitaminas, proteínas y grasa. Eso es todo lo que tu bebé requiere en esta primera etapa. Y todo esto, facilita una forma más sencilla y fácil de digerir que la fórmula comercial infantil.
La lactancia materna contiene anticuerpos beneficiosos para el bebé, que ayudan a combatir virus y bacterias. Reduce el riesgo para los bebés, a contraer alergias o asma.
Además, cuando los bebés se alimentan de lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses (sin fórmula), sufren menos infecciones de oído, molestias respiratorias o diarrea; menos hospitalizaciones y visitas al médico.
Los bebés alimentados con leche materna, son los que generalmente cogen el peso adecuado mientras crecen, en lugar de, como pasa en ocasiones, niños con sobrepeso.
Beneficios de la lactancia materna para la Madre
La lactancia materna, adicionalmente quema calorías, por lo tanto, puede ayudarte a perder peso rápidamente; además, libera la hormona llamada oxitocina, la cual ayuda a que el útero materno vuelva al tamaño natural, y ayuda a reducir sangrados uterinos después del parto.
La lactancia materna, también ayuda a la madre lactante, a reducir riesgos de salud como: cáncer de mama y de ovario. Puede reducir el riesgo de osteoporosis en la mujer.
Al no tener que comprar, medir y preparar fórmula, esterilizar tetinas, calentar biberones…etc, además de tiempo ahorras dinero.
Todo esto te da tiempo para relajarte cómodamente con su bebé recién nacido, mientras creas ese vínculo maternal tan bonito.
¿Cuál es la mejor posición para darle el pecho?
La mejor posición para amamantar a tu bebé, es esa en la que estáis cómodos y relajados los dos: tanto tu bebé, como tú misma. Tú, no tienes que esforzarte mientras le das el pecho, para mantener la posición.
Estas son las posiciones más comunes para dar el pecho a tu bebé:
- Posición de cuna. Descansando de lado la cabeza del bebé en el codo, con todo el cuerpo mirando hacia ti. Luego, puedes colocar el vientre de tu bebé apoyado en tu cuerpo, para que se sienta completamente protegido. Con el otro brazo puedes «envolverlo», aguantarle la cabeza y el cuello o, a través de sus piernas, aguantarle por debajo de la espalda.
- Acostada de lado. Una posición ideal para una toma nocturna en la cama. Esto también te funcionará, si estás en recuperación de una episiotomía (ensanchar la abertura vaginal durante el parto mediante una incisión). Acurrúcate con tu bebé y con la mano libre, levanta el pecho e introduce el pezón dentro de su boca.
Para ver las distintas formas de amamantar a tu bebé, mira las Posiciones de lactancia para recién nacidos.
Algunas mujeres eligen no amamantar a su bebé ¿Por qué?
Está claro que ese compromiso de estar alerta y en guardia, para cada pocas horas alimentar a un bebé con poco tiempo vida, no es posible para cualquier mujer.
- Algunas mujeres no quieren o les da reparo amamantar en público.
- Hay quien prefiere la flexibilidad de saber que otra persona (el padre o cualquier cuidador/a) alimentará a su bebé con un biberón, sin requerir de la madre en ningún momento.
- La leche de fórmula, los bebés suelen digerirla más lentamente que cuando se alimentan de leche materna. Es por eso, que las tomas con biberón suelen ser menos frecuentes.
Hay mujeres que a lo que tienen miedo, es que al dar el pecho a su bebé, se deforme la apariencia y figura de sus senos. Aunque la mayoría de cirujanos (estéticos/plásticos) afirman que la edad, la propia genética o estilo de vida, cambian el aspecto y apariencia de los senos femeninos, más que lo que puede hacerte la propia lactancia materna.
¿Tendré suficiente leche para amamantar a mi bebé?
En esos primeros días, tras el parto, los senos de una mujer producen una primera leche llamada calostro, que es ideal. La mayoría de recién nacidos, los primeros días (3-5) suelen perder algo de peso.
El calostro, denso y amarillento, es escaso pero suficiente para las necesidades nutricionales del bebé. Ayuda a desarrollar el tracto digestivo y prepararlo para ingerir leche materna exclusiva.
Así como tu bebé vaya necesitando más leche, amamantará más y tus senos producirán más leche respondiendo a la demanda. Es recomendable la lactancia materna exclusiva (sin fórmula, ni agua, ni zumos…) durante 6 meses.
Lactancia mixta
Ten en cuenta que si complementas la lactancia materna con fórmula, tus senos pueden comenzar a producir menos leche, al no necesitarla. Incluso si lo haces menos de seis meses, será mejor hacerlo un rato corto que no amamantar nada con leche materna.
A los seis meses puedes añadir a la dieta alimentos sólidos, y puedes seguir amamantando a tu bebé si quieres continuar produciendo leche.
¿Tengo que despertar a mi bebé para darle el pecho?
Sí, los recién nacidos en las primeras semanas necesitan alimentarse unas ocho veces al día. Tomando como un máximo, cuatro horas entre cada toma.
Para despertar a tu bebé puedes ayudarlo tratando de masajearlo suavemente, apartar la manta, cambiar de pañal y practicar el contacto piel con piel.
Al dar el pecho ¿Debo usar ambos senos o los alterno?
Tras varias semanas de lactancia y dar el pecho a tu bebé, deja que drene (vacíe) uno de los pechos, antes de cambiar a tu bebé al otro.
¿Por qué hay que vaciar un pecho antes de cambiar?
Hay dos tipos de leche en cada toma: una más fina y sedosa, que viene seguida de otra que es más cremosa y rica en grasas buenas. Tu bebé necesita de ambas, por lo que si usas un pecho para una toma, utiliza el otro en la siguiente.
¿Cada cuánto come un bebe recien nacido?
Los bebés recién nacidos deben alimentarse cada 2-3 horas, y eso viene a ser una media de 8 a 12 veces en 24 horas que tiene un día. A veces, un bebé puede tener hambre con mayor frecuencia.
Durante la lactancia materna, tu bebé puede amamantar de ambos senos, y alternar de lado. Después del primer mes esto puede variar; de siete a nueve veces diarias
Problemas en la lactancia materna – Consideraciones médicas
Existen situaciones en las que la lactancia materna exclusiva no es posible, ya que podría causar daño al bebé.
Cuando NO debes amamantar a tu bebé
- Si eres VIH positivo. Para impedir la transmisión del VIH a través de la leche materna a tu bebé.
- Tienes tuberculosis. Activa y no tratada.
- Estás recibiendo quimioterapia para el cáncer.
- Estás consumiendo drogas no naturales (heroína,cocaína,lsd…).
- Si el bebé sufre de galactosemia. Una condición rara en la que el bebé no puede tolerar el azúcar natural, en la leche materna.
- Estás tomando medicamentos recetados, como medicamentos para migrañas o la artritis.
Si estás tomando medicamentos, antes de empezar la lactancia materna con tu bebé habla con tu médico. Podrá ayudarte a tomar una decisión, basándose en la información en particular del medicamento que tomas.
Estar resfriada o tener gripe, no debe impedir que le des el pecho a tu bebé. La leche materna no contagiará a tu bebé el virus, e incluso puede proporcionar anticuerpos para ayudar a combatir la enfermedad a tu bebé.
A partir de los cuatro meses, los bebés que se alimentan con leche materna exclusiva, y los que lo hacen parcialmente (con fórmula) pero más de la mitad de la ración diaria es con leche materna, deben complementar vía oral con suplementos de hierro, hasta que alimentos sólidos con hierro se introduzcan en su alimentación.
Es recomendable para todos los bebés, revisar los niveles de hierro al cumplir 1 año.
Tu médico te aconsejará acerca de cantidades adecuadas para tu bebé, cuándo comenzar, y con qué frecuencia se deben tomar dichos suplementos.
Conseguir que el bebé se «enganche» durante la lactancia materna
Coloca a tu bebé frente a ti, que esté cómodo y que para amamantar no necesite echar el cuello hacia atrás. Luego con la mano acaricia el labio inferior de tu bebé, suavemente con el pezón. Su reflejo instintivo le hará abrir la boca; entonces, aguantando el cuello con la mano, acerca el pezón a su boca por encima de la lengua.
Verás que está bien enganchado, observando como sus labios alrededor del pezón están hacia afuera. El pezón debe estar completamente dentro y la mayor parte de la aureola, impidiendo así que «muerda» el pezón.
Si vieras que el bebé no amamanta correctamente porque no está bien enganchado, mete el dedo meñique entre las encías, para sacar el pezón e inténtalo de nuevo. Para prevenir tener pezones doloridos, procura que tu bebé se enganche correctamente al pecho.
La lactancia materna no debe ser dolorosa; podrías sentir hormigueo, un ligero tirón, pero en cualquier caso no te debe doler.
Los retos e inconvenientes de la lactancia materna
Dar el pecho a nuestro bebé es una experiencia inolvidable y que no puede experimentar cualquier mujer. Pero aún así, el proceso de alimentar a base lactancia materna exclusiva (o mixta), hace que nuestros pechos, senos, pezones…, hagan un trabajo al que no estaban acostumbrados anteriormente.
Aquí tienes los síntomas más comunes a los que te enfrentarás durante la lactancia materna:
Pezones doloridos
Durante las primeras semanas de amamantar, puedes esperar algo de dolor en tus pezones. Para eso:
- Asegúrate de que tu bebé esté bien enganchado al pecho, y para terminar la toma, usa tu dedo meñique para terminar y sacar el pezón de su boca. Esto te ayudará bastante para evitar ese dolor de pezones.
- Si aún así te duelen al dar el pecho, asegúrate bien de vaciar cada seno en cada toma.
- Los conductos de la leche deben vaciarse del todo, porque de no ser así, tus senos pueden hinchare y provocar dolor.
- Mantener los pezones bien secos entre cada toma.
- Almohadillas calmantes para pezones, te aliviará temporalmente ese dolor
- Los bebés tienden a chupar más fuerte al principio, por lo que si tienes los pezones doloridos empieza por el que menos te duela.
Pezones secos y agrietados
- Evita las lociones con alcohol, jabones y cremas perfumadas. Ya que podrían hacer que tus pezones se resequen aún más y pueden agrietarse.
- Puedes aplicarte lanolina pura, suavemente en los pezones después de dar el pecho a tu bebé. Pero asegúrate de lavar la lanolina suavemente antes de volver a amamantar.
- Cambiar las almohadillas del sostén a menudo ayudará a que los pezones se mantengan secos. Y deberías usar sólo almohadillas de algodón para el sostén.
Aquí tienes las Cremas para pezones mejor valoradas y Protectores para pezones para dar el pecho a tu bebé:
La preocupación de producir suficiente leche.
Generalmente un bebé que usa entre seis a ocho pañales diarios, probablemente esté recibiendo la cantidad de leche necesaria. Evita mezclar leche materna y leche de fórmula. Nunca des agua pura a tu bebé. Tu cuerpo requiere demanda frecuente y regular para lactar y amamantar a tu bebé, y así seguir produciendo leche. Hay mujeres que piensan erróneamente que si tienen pechos pequeños no podrán amamantar. Pero las mujeres pueden producir leche perfectamente, tanto con senos grandes como pequeños.
Extracción y almacenamiento de la leche materna
Puedes extraer leche materna a mano, o con un sacaleches. Puede ser que para que tu bebé se acostumbre a tomar en un biberón la leche, te lleve un par de días. Así que si tienes pensado volver a trabajar, empieza un poco antes a practicar.
Si guardas tu leche en el frigorífico, puedes usarla con seguridad durante 2 días. Puedes congelar la leche materna durante 6 meses. No calientes ni descongeles la leche en el microondas; ya que hacerlo destruye algunas de las cualidades beneficiosas de refuerzo inmunológico, además de que es probable que se calienten demasiado las porciones de grasa de la leche materna. Mejor hazlo al baño maría, o dejándola en el frigo de un día para el otro.
Pezones invertidos
Con el pezón invertido, al pellizcar la aureola no sale hacia fuera. Un especialista en lactancia, te podrá dar consejos ya comprobados, que te permitirán dar el pecho a tu bebé con éxito.
Congestión mamaria
A medida que tus senos se van llenando de leche, permanecen suaves y flexibles. La congestión mamaria se refiere a cuando los vasos sanguíneos de la mama,se congestionan. El líquido queda atrapado en tus senos y los notas duros, hinchados y con dolor.
Para aliviar estos síntomas alterna terapias de calor y frío. Usar un sacaleches o extraerla a mano, puede ayudar al alivio.
Conductos lácteos obstruidos
Una llaga en el seno que puede ser roja y caliente, puede indicar que el conducto lácteo está obstruido. Esto a menudo se puede aliviar con compresas calientes y masajes suaves sobre el área para liberar el bloqueo. Una lactancia más frecuente también puede ayudar.
Infección mamaria o mastitis
Cuando las bacterias entran en la mama se produce esta infección, y suele ser a través de un pezón agrietado mal cuidado y después de lactar. Lo más probable es que puedas seguir dando el pecho tranquilamente, pero aún así, si notas el área del seno dolorida y síntomas como fatiga o fiebre, visita a tu médico. Suele tratarse con antibióticos y si necesitas calmar la sensibilidad del pecho, aplica calor húmedo de tres a cuatro veces al día en el área dolorida, durante unos 15 o 20 minutos.
Estrés
Si estás demasiado nerviosa, estresada o ansiosa, puede interferir en la bajada de leche. La bajada de la leche materna es un proceso natural de liberación de leche, desencadenada por hormonas de tu cuerpo, cuando tu bebé amamanta o incluso capaz de desencadenarse por el hecho de oír llorar al bebé (incluso por pensar en él).
Durante la lactancia procura estar tranquila y lo más relajada posible; esto ayudará a que tu leche fluya mejor y baje fácilmente. Además de que el bebé lo nota y lo ayudarás a él a relajarse.